Óscar Hagerman es a la arquitectura lo que John Berger a la literatura: esencial. Desde que se recibió como arquitecto de la Facultad de Arquitectura de su queridísima UNAM, se unió a los que están cerca de la tierra y viven de ella, es decir, a los más pobres. Nacido en La Coruña, España, en 1936, Óscar Hagerman vino a México cuando tenía 15 años. En México, la silla cambió su vida porque lo acercó a los que nada tienen, ya que a simple vista puedes ver que Hagerman es una persona afectuosa, que se preocupa por los demás, una persona de gran corazón. Hagerman descubrió entonces que lo que quería era compartir su vida, hermanarse sobre todo con los indígenas. Apoya a la gente indigena con los proyectos de su pueblo.
Óscar Hagerman sostiene que la arquitectura se relaciona con el diseño y lo define como la armonía que se da entre la persona que estamos proyectando con lo que estamos haciendo, cubriendo las necesidades físicas y emocionales.
Aqui estan algunas de sus creaciones...
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